Cuantas veces hemos ido a una empresa diferente de la nuestra y nos ha impactado su imagen o simplemente hemos tenido que llamar por teléfono y nos atiende una amable voz, con tono suave y trato exquisito.
¿Te has dado cuenta de la importancia que eso tiene?
Particularmente no me gusta nada cuando llamo a una centralita que te va dando opciones de números a marcar en función del departamento con el que quieres hablar. Me resulta “feo”. Pero bueno, también entiendo que tiene su coste y que libera a la persona de recepción para poder hacer mejor otras de sus funciones.
Ahora bien, cuando llamas a una empresa y directamente te atiende una persona, agradable y mucho, con buena educación, diciendo el nombre de su empresa y dándote el correspondiente saludo, la percepción que tienes de esa empresa es muy diferente a cuando te cogen el teléfono de forma ahogada o estresada, sin apenas dar un buen saludo o introducir la empresa, con cierta tosquedad.
Obviamente, de modo presencial, cuando visitas empresas, estos efectos aún se acentúan más. Aquí es importante cómo es la recepción en la empresa, cómo es esa parte del inmueble y cómo es la primera persona que te atiende, tanto en sus presencias como en la imagen de marca y empresa que transmiten. Puede ser la primera entrada a la percepción de la #EmpresaconAlma. (Puedes ver aquí lo que es una Empresa con Alma).
Y tú, ¿te has parado a pensar qué sensación causa la primera llamada o visita a tu empresa? ¿Transmites a tu equipo y a esa primera persona receptora la importancia real de su trabajo?
No está nunca de más disponer de un protocolo de recepción de llamadas y de visitas. Y, ya sabes, la primera impresión cuenta, y mucho, así que también, plantéate qué percibe una persona en su primer contacto con tu empresa.