Es algo obvio, pero con el cliente siempre tenemos que estar a tope, e incluso un poco más allá. Siempre tenemos que tener ese puntito de extra que nos haga estar más atentos aún a ellos.
Esto implica muchas cosas, pero sobre todo atención, agudeza, capacidad de reacción y la virtud de la improvisación. Continuar leyendo «La siempre necesaria adrenalina con el cliente»